Real Time Web Analytics Bruselas10: agosto 2011

domingo, 7 de agosto de 2011

Lo que está pasando

Lo que está pasando estos meses en los mercados monetarios me recuerda las convulsiones de las divisas que formaban parte del Sistema Monetario Europeo en la primera mitad de los años 90. Entonces, poco después de adoptada la decisión de poner en marcha el euro, los mercados monetarios comenzaron una ofensiva contra determinadas divisas (la libra esterlina, la lira italiana, la peseta, el franco francés), que provocaron la salidas de ya citado SME de la libra y la lira (la segunda retornó a él poco después, la primera no lo hizo jamás) y devaluaciones muy importantes de otras, como la peseta o la lira. La peseta perdió en términos nominales más de un cuarto de su valor con respecto al marco alemán, aunque en términos reales superó ampliamente el 30 por ciento. Créanme; por aquel entonces, yo vivía en el centro de Europa, dentro de lo que se conocía (y conoce aún) como la zona de influencia del marco alemán, cobraba en pesetas y sufrí directamente las consecuencias de aquel desastre.
Fue cuando George Soros ganó la notoriedad y la fortuna que le han acompañado hasta ahora. Su nombre, lo mismo que los de los bancos y fondos de inversión, salían publicados a diario en los medios que intentaban explicar aquella debacle.
Las tormentas monetarias de los 90 las desató, oficialmente, el "no" danés al Tratado de Maastricht pero antes de que aquella cabalgada tuviera lugar, en la localidad británica de Bath se celebró una muy discreta reunión informal del Consejo de ministros de Economía y Finanzas (el Ecofin), de la que entonces apenas trascendió nada relevante. En ella, sin embargo, se determinó que una serie de países, como España, no podían acceder al euro con posiciones de competitividad tan deficientes como las que arrastraba desde la entrada, en 1989, en el Sistema Monetario Europeo, a un tipo de cambio para la peseta muy alto, que decidieron Carlos Solchaga y Felipe González.
De modo que lo que entonces, como ahora, se denominan "los mercados" llevaron a la práctica las directrices generales establecidas por los socios principales de la entonces Comunidad Europea para el reequilibramiento de las posiciones económicas de los diferentes candidatos a la moneda única.
Yo no voy a decir que Alemania y Francia promovieran el "no" danés a Maastricht; lo que aseguro es que los promotores centrales de la moneda única aprovecharon la coyuntura y la encauzaron para que sirviera a sus planes.
A todo esto -y no conviene olvidarlo- sólo Francia disfrutó en la primera mitad de los 90 de cobertura ilimitada del Bundesbank (el banco central alemán) para proteger a su divisa de los ataques de los Soros y compañía. Los demás fueron abandonados a su suerte poco después de iniciado el baile.
Digo que lo de estos días me recuerda a los 90 porque el trasfondo es el mismo: una serie de miembros del euro, como entonces lo eran del Sistema Monetario Europeo con la perspectiva de convertirse en socios de la moneda única, acumulan deficiencias estructurales importantes. Los mercados monetarios las ha descubierto y están sacando partido. Mientras tanto, Alemania renquea a la hora de adoptar medidas que frenarían esos ataques y presiona, a través del Consejo y de la Comisión europea, simultáneamente, para que se adopten en esos países las disposiciones necesarias que situarán a sus economías en posición de competitividad frente a los mercados globales.
No digo ahora, tampoco, que Alemania y Francia hayan forzado la especulación de los mercados contra Italia o España, Grecia, Portugal o Irlanda. De lo que estoy convencido es de que esta crisis, saldremos mucho más alemanes que antes de que empezara.

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