No sé
ustedes pero lo que es a mí, la política española me da pocas satisfacciones. Desde
luego, el debate en curso sobre el copago sanitario no forma parte de esas
últimas. La verdad es que me irrita bastante que un asunto de tamaña
trascendencia haya quedado reducido a los eslóganes de una campaña electoral
(“no me gusta” y “seguro que nos lo ponen el 26”), como si la cosa no mereciera
más que los 15 segundos que los propagandistas juzgan límite para mantener
fijada la atención del telespectador, antes de que comience a desconectar. Pero
así están las cosas: un discurso rayano al exabrupto y la batalla ideológica de
derechas e izquierdas como referencia ideológica última para el debate.
El
asunto, obviamente, merece otra armadura intelectual, aquella con la que se han
vestido todos los países que, gobernados por derechas como por izquierdas, se
han visto en la tesitura de buscar una solución a sus problemas de financiación
de la sanidad en algún momento de sus historias recientes. Les adjunto una
tabla
(http://www.scribd.com/doc/86771893) que he elaborado a partir de un informe de la Organización Mundial de la
Salud sobre esta materia, para que constaten hasta qué punto el problema está
generalizado y cómo se le ha dado respuesta entre nuestros vecinos. El informe
en sí lo encontrarán aquí (http://www.scribd.com/doc/86771226). Es antiguo pero ayuda a
comprender el alcance del problema. Sobre todo porque la tendencia seguida por
las naciones europeas no se ha orientado a extender los supuestos de gratuidad
sino, en todo caso, a restringirlos.
El
movimiento es común: los gastos sanitarios crecen por encima del PIB y los
déficits se disparan. Me remito a mi post de estos días atrás sobre la
explosión de los gastos en salud. La tentación de transferir una parte de esos
costos al paciente es grande. ¿Pero por qué crecen esos gastos así? ¿Es que no
hay manera de contenerlos? Los especialistas (Alternatives Economiques hors série nº 92, Politiques Publiques, Peut-on maîtriser
les dépenses de Santé?) consideran que el envejecimiento de la población
tiene un impacto directo sobre la estructura financiera de la Seguridad Social,
pero no tanto sobre los gastos sanitarios. "Son
los avances tecnológicos los que contribuyen más acusadamente (al
encarecimiento de la sanidad): imaginería médica de punta, moléculas
resultantes de la biotecnología, nuevos dispositivos de diagnóstico
preventivo... Curar hoy es mucho más caro que hace treinta años, con ganancias reales,
pero más débiles (que antaño) en las perspectivas de vida "
En
Francia, el consumo de medicamentos ha crecido un 125% en 5 años, y la factura
comienza a ser insostenible. "Sometidos
a la presión de las empresas farmacéuticas, los médicos prescriben demasiado.
Además, muchas de las novedades, más caras, no tienen necesariamente un valor
terapéutico real respecto a las moléculas disponibles en el mercado. Según el
informe Debré-Even, son más de 2.000 moléculas, correspondientes a 4.500 marcas
diferentes (dejados los genéricos de lado), los que se han acumulado, cuando la
propia Organización Mundial de la Salud considera que son verdaderamente
necesarias sólo 500 moléculas” (cnfr. op.cit. pags. 30-31)
La
referencia tangencial del informe que les cito más arriba a la presión de los
laboratorios farmacéuticos sobre el mercado adquiere plena dimensión a la luz
de otro informe, que también les adjunto (http://www.scribd.com/doc/86772202) y según el cual los
países de la Unión Europea, que se gastan un billón de euros (el millón de
millones, no el “billion” anglosajón, que son mil millones) al año en prestar
atención sanitaria para sus ciudadanos, soporta un fraude o
mala utilización de 56.000 millones y que 180.000 millones se pierden al año de
los 3,3 billones de euros que la Organización Mundial de la Salud considera que
se invierten anualmente en sanidad en todo el mundo.
En “The World Health Report.-Financing for Universal
Coverage”, la OMS destaca, como segundo factor que obstaculiza la generalización
de la cobertura universal, “la excesiva
vinculación de los pagos directos y el momento en el que la gente necesita
atención sanitaria. Aquellos comprenden pagos inmediatos por medicinas y
tarifas por consultas y otros procedimientos”. Este informe, que usted
puede consultar aquí (http://www.scribd.com/doc/86770753) señala (pag. 41) que “los pagos directos no están restringidos a
los países con bajos niveles de ingresos o a sistemas de financiación de la
salud. Cobrar a quienes necesitan atención médica es el mecanismo prioritario
de captación de recursos financieros en 33 países y aporta más de la cuarta
parte de todos los fondos (asignados a estos fines) en otros 75”.
Como conclusión, la OMS establece que (op. cit. pags. 52-53)
que “las tres últimas décadas han
mostrado las limitaciones de los pagos directos tales que las tarifas para el
usuario en la financiación de los sistemas de salud. La respuesta apunta una
evolución hacia sistemas de prepago y pago compartido, asumiendo en común los
riesgos financieros de la enfermedad en los grupos más amplios de población posibles
(…) A largo plazo, el objetivo sería reducir el nivel del pago directo por
debajo del 15 o el 20 por ciento del total del gasto en salud, y de incrementar
la proporción del gasto gubernamental y del seguro obligatorio a en tono al 5 o
el 6 por ciento del PIB”.
Todo este material lo pongo a su disposición con el
propósito de facilitarles elementos de juicio con los que analizar un problema
que está siendo planteado a una población culta y desarrollada de una manera
absolutamente deplorable. Es obvio, a la luz de lo que en el se puede leer, que el copago no es cuestión de ideología y que el problema es muy profundo. Más aún que los 15.000 millones de agujero que el sistema genera en España.
Esta claro Fernando, lo que queda que discutir no es si copago si o copago no, sino el nivel de lo que en España va a tenerse que copagar...pero de eso los que llevamos un tiempo en Bruselas ya sabemos como funciona: primero pagas, luego te curan y se te queda salud envías la factura a ver si te devuelven algo. Si tienes dinero para pagar un seguro privado quizás te devuelvan casi todo lo que has adelantado y si el precio de ese seguro te lo descuentan de la nomina hasta tienes la impresión de que no copagas. Sanos abrazos...Pedro
ResponderEliminarTe contesto dentro de unos días con una historia que estoy preparando. Pero es verdad que Bélgica es un país increíblemente complicado y caro
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