Una joven belga que vestía un mini short ha sido objeto de una interpelación abusiva por dos adultos que hablaban en árabe, cuando viajaba a bordo de un Metro de la capital comunitaria, en una línea troncal.
El hecho ha acaecido, hoy, a medio día. La joven viajaba sentada cuando uno de los adultos se le ha encarado, reprochándole lo ligero de su indumentaria. "¡Luego pasa lo que pasa!", le ha dicho el sujeto a la chica, a la que ha exigido que se pusiera de pie. Ella no ha atendido la reclamación del tipo, y ha continuado sentada.
El momento ha sido muy desagradable; para la joven y para el conjunto del pasaje. Los gritos del fanático se han oído en todo el vagón.
El incidente ha tenido lugar cuando el convoy circulaba por el subsuelo de una zona céntrica de la capital, en las inmediaciones de Merode, junto al monumento que conmemora el cincuentenario de la independencia de Bélgica.
En algunos países árabes regidos por la sharia, a las mujeres que muestran sus tobillos por la calle la policía religiosa se los fustiga con varas. Los energúmenos del metro de hoy todavía no se atreven a portar palos para varear a las mujeres occidentales que enseñen más piel que la que ellos consideran soportable.
Hace pocos días, en una comuna (ayuntamiento) de la capital, en la que la comunidad musulmana es abundante, Moelenbeek, un grupo islamista radical, Sharia4Belgium, lideró fuertes altercados callejeros. Su líder, Fouad Belkacem, un sujeto con un largo historial de delincuencia que ha abrazado la ortodoxia sunita manifestó que "las mujeres occidentales, u 'occidentalizadas', no son dignas de respeto".
Sharia4Belgium se inspira en la misma intransigencia de Sharia4UK, prohibida en el Reino Unido.
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