martes, 16 de julio de 2013
Naval
Tengo curiosidad por conocer lo que la Comisión europea va a decir mañana sobre las ayudas al Naval español. Por lo visto, hasta el propio presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, le ha llamado a Barroso, presidente de la Comisión, pidiéndole clemencia, quizás sin tener en cuenta que el presidente de la Comisión no es el presidente bananero de una república bananera. Esto es, que las reglas, en Europa, están para ser cumplidas y que la Comisión tiene la obligación de aplicarlas.
Me cuentan que el asunto va mañana al Colegio de Comisarios clasificado como "a debatir". No sé qué esperan en España del Comisario de la Competencia, Almunia. ¿Que se olvide de las normas de la Competencia comunitaria, que ha jurado (o prometido, esto no sé muy bien cómo va aquí, no creo que le concedan tanta importancia en Europa a la forma como al fondo ) hacer respetar? ¿ y de Barroso? ¿Acaso quieren que borre de un plumazo las demandas de otros astilleros europeos, negándoles el derecho de cuestionamiento y la satisfacción de sus demandas, sin juzgar su adecuación a derecho comunitario?
No sé a quién se la ha ocurrido este disparate de confrontación con Bruselas por las ayudas al Naval, que barrunto como "de comunicación estratégica", el concepto de moda en esto del "agit pro" nacional, a lo que parece, para sacar adelante un trasunto que, simplemente, no cabe por el coladero.
Creo que Rajoy no ha leído lo que le pasó a Delors con Renault.
Hace años, cuando un comisario se veía muy afectado por un asunto complejo que le atañía directamente, invocaba un artículo del reglamento interno el Colegio de Comisarios y conseguía retrasar la decisión unos pocos días, una semana a lo más. Pero la decisión caía. Como la maza del juez.
Mañana veremos la eficacia de tanto alboroto
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