Ingresos del país, eje de la izquierda, per cápita, derecha |
El
Departamento de Energía de los Estados Unidos acaba de hacer público su informe
periódico sobre las rentas del petróleo de los países de la OPEP. Son cifras de
otra galaxia: Arabia Saudí obtuvo en 2012 una renta neta del petróleo de
311.000 millones de dólares, seguida a larga distancia por los Emiratos Arabes
Unidos, cuyos ingresos netos por este concepto "se quedaron" en
100.000 millones (vean el gráfico que les adjunto). Destacan en la información
del citado Departamento la traducción per cápita de esos ingresos, que en caso
de Qatar se elevan a 54.071 dólares, frente a los 611 de Nigeria, que es el
tercer miembro de la OPEP en ganancias netas.
Semejante
chorro de dinero tiene su explicación en el precio del crudo, que en 2012 cotizó
a una media (en el caso del North Sea
dated) de 111,68 dólares, ligeramente por encima de los 111,21 de 2011, muy
lejos de los 79,51 de 2010. Y muchísimo más lejos aún de los precios que
rigieron en los mercados del crudo y de los derivados a todo lo largo de los
años 90 del siglo pasado y comienzos de la primera década del siglo XXI, que
oscilaron entre los 20 y los 40 dólares por barril.
Existe
una tensión permanente en los países productores de crudo y los consumidores,
sobre la causa real de que los precios del crudo estén tan altos. La OPEP
acusa los especuladores, y a las
necesidades de recaudación de los países europeos en particular, del estado de
cosas actual. Los occidentales se defienden alegando que la oferta de crudo es
demasiado corta para las necesidades reales. Cualquier noticia negativa cobra,
en ese último contexto, una dimensión espectacular. Ahora le toca el turno a
las revueltas en Egipto y en Nigeria, que justificarían, al decir de quienes
siempre tienen la misma explicación para todo, el "temor" a recortes
futuros en el suministro y, consiguientemente, la subida de precios en el
presente.
Este
último argumento, el de una oferta corta, perdió prestancia cuando los contratos
de futuros cayeron estrepitosamente durante la crisis financiera reciente. Sin
la presión de quienes negocian con lo que denomina "barriles de
papel" (compromisos de compra y de venta sobre productos que no existen
aún), en los Mercados de Futuros, los precios del crudo cayeron en 2009 del
orden de 50 dólares por barril, grosso modo, para remontar después, nuevamente
sin freno, en lo que el presidente de la Conferencia de la OPEP, Chakib Khelil,
había atribuido en Bruselas medio año antes, en junio de 2008, a causas
meramente especulativas: "Es a raíz de la crisis de las subprime
cuando se suscita un flujo de fondos que se han quedado sin rendimiento en el
mercado hipotecario, hacia el petróleo. Esa especulación ha provocado un
desfase de 40 dólares en el barril de crudo", decía entonces.
Lo
de las necesidades de recaudación es evidente: la media ponderada del impacto
fiscal de los impuestos en la gasolina normal (95NO) se situaba el 8 de julio
de este año en la Europa comunitaria en un espectacular 57%, (cifras del
Boletín Petrolero de la UE) cuando al otro lado del Atlántico, en los Estados
Unidos, esas cifras no tienen parangón: los impuestos sobre la
"Premium" representan un 12% del precio final, otro 11% se lo lleva
la distribución y el márquetin, el 12% se va al refino y el restante 66 por
ciento corresponde al precio del crudo. Ese desglose arroja un precio final por
litro de 3,63 dólares por galón o 0,96 dólares por litro, que equivalen a 0,73
euros (cifras de la Agencia de Energía estadounidense correspondientes al 22 de
julio pasado).
Desglose del precio de la gasolina y el diésel en los EE.UU. según el departamento de Energía. |
Es
obvio que los mercados financieros tienen una influencia acusada de los
precios. Lo que está por ver es si esa influencia es legítima o no, y parece
que no lo es porque las autoridades reguladoras norteamericanas están revisando
la autorizaciones concedidas a la gran banca de inversión (sí, la misma que
engaño con las subprime, los Goldman
Sach, Barclays, Morgan Stanley, JP Morgan Chase) para traficar con activos físicos (no ya de papel) de materias
primas, el petróleo y sus subproductos incluidos. Esa banca está autorizada
para comerciar con derivados en los mercados de futuros de materias primas,
pero desde 2003 puede hacerlo también con activos físicos. "Existe un
riesgo objetivo de manipulación y comportamientos anticompetitivos de los
bancos de Wall Street, al intervenir estos tanto en los mercados físicos como
en los de futuros", dicen en la Reserva Federal, según citas reproducidas
por el Financial Times.
La
investigación forma parte del cerco al que están siendo sometidos los
operadores de los mercados de materias primas y otros agentes relacionados con
ellas, desde que el G20 reclamara mayor transparencia al sector.
La
percepción de que los precios del petróleo son un abuso no tanto de los países
productores, como de unos mercados financieros sin control, es cada día que
pasa más sólida. El chorro del oro negro irriga lo mismo a los productores, con
las fabulosas rentas que les he detallado al principio, que a quienes trafican
con él en los sofisticados mercados financieros de nuestros días. Y paga la
población, que parece un mercado cautivo en nuestras sociedades "de libre
mercado".
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