Real Time Web Analytics Bruselas10: Un chorro con dos caños

sábado, 27 de julio de 2013

Un chorro con dos caños


Ingresos del país, eje de la izquierda, per cápita, derecha

El Departamento de Energía de los Estados Unidos acaba de hacer público su informe periódico sobre las rentas del petróleo de los países de la OPEP. Son cifras de otra galaxia: Arabia Saudí obtuvo en 2012 una renta neta del petróleo de 311.000 millones de dólares, seguida a larga distancia por los Emiratos Arabes Unidos, cuyos ingresos netos por este concepto "se quedaron" en 100.000 millones (vean el gráfico que les adjunto). Destacan en la información del citado Departamento la traducción per cápita de esos ingresos, que en caso de Qatar se elevan a 54.071 dólares, frente a los 611 de Nigeria, que es el tercer miembro de la OPEP en ganancias netas.

Semejante chorro de dinero tiene su explicación en el precio del crudo, que en 2012 cotizó a una media (en el caso del North Sea dated) de 111,68 dólares, ligeramente por encima de los 111,21 de 2011, muy lejos de los 79,51 de 2010. Y muchísimo más lejos aún de los precios que rigieron en los mercados del crudo y de los derivados a todo lo largo de los años 90 del siglo pasado y comienzos de la primera década del siglo XXI, que oscilaron entre los 20 y los 40 dólares por barril.

Existe una tensión permanente en los países productores de crudo y los consumidores, sobre la causa real de que los precios del crudo estén tan altos. La OPEP acusa  los especuladores, y a las necesidades de recaudación de los países europeos en particular, del estado de cosas actual. Los occidentales se defienden alegando que la oferta de crudo es demasiado corta para las necesidades reales. Cualquier noticia negativa cobra, en ese último contexto, una dimensión espectacular. Ahora le toca el turno a las revueltas en Egipto y en Nigeria, que justificarían, al decir de quienes siempre tienen la misma explicación para todo, el "temor" a recortes futuros en el suministro y, consiguientemente, la subida de precios en el presente.

Este último argumento, el de una oferta corta, perdió prestancia cuando los contratos de futuros cayeron estrepitosamente durante la crisis financiera reciente. Sin la presión de quienes negocian con lo que denomina "barriles de papel" (compromisos de compra y de venta sobre productos que no existen aún), en los Mercados de Futuros, los precios del crudo cayeron en 2009 del orden de 50 dólares por barril, grosso modo, para remontar después, nuevamente sin freno, en lo que el presidente de la Conferencia de la OPEP, Chakib Khelil, había atribuido en Bruselas medio año antes, en junio de 2008, a causas meramente especulativas: "Es a raíz de la crisis de las subprime cuando se suscita un flujo de fondos que se han quedado sin rendimiento en el mercado hipotecario, hacia el petróleo. Esa especulación ha provocado un desfase de 40 dólares en el barril de crudo", decía entonces.

Lo de las necesidades de recaudación es evidente: la media ponderada del impacto fiscal de los impuestos en la gasolina normal (95NO) se situaba el 8 de julio de este año en la Europa comunitaria en un espectacular 57%, (cifras del Boletín Petrolero de la UE) cuando al otro lado del Atlántico, en los Estados Unidos, esas cifras no tienen parangón: los impuestos sobre la "Premium" representan un 12% del precio final, otro 11% se lo lleva la distribución y el márquetin, el 12% se va al refino y el restante 66 por ciento corresponde al precio del crudo. Ese desglose arroja un precio final por litro de 3,63 dólares por galón o 0,96 dólares por litro, que equivalen a 0,73 euros (cifras de la Agencia de Energía estadounidense correspondientes al 22 de julio pasado).

Desglose del precio de la gasolina y el diésel en los EE.UU. según el departamento de Energía.


Es obvio que los mercados financieros tienen una influencia acusada de los precios. Lo que está por ver es si esa influencia es legítima o no, y parece que no lo es porque las autoridades reguladoras norteamericanas están revisando la autorizaciones concedidas a la gran banca de inversión (sí, la misma que engaño con las subprime, los Goldman Sach, Barclays, Morgan Stanley, JP Morgan Chase) para traficar con activos físicos (no ya de papel) de materias primas, el petróleo y sus subproductos incluidos. Esa banca está autorizada para comerciar con derivados en los mercados de futuros de materias primas, pero desde 2003 puede hacerlo también con activos físicos. "Existe un riesgo objetivo de manipulación y comportamientos anticompetitivos de los bancos de Wall Street, al intervenir estos tanto en los mercados físicos como en los de futuros", dicen en la Reserva Federal, según citas reproducidas por el Financial Times.

La investigación forma parte del cerco al que están siendo sometidos los operadores de los mercados de materias primas y otros agentes relacionados con ellas, desde que el G20 reclamara mayor transparencia al sector.


La percepción de que los precios del petróleo son un abuso no tanto de los países productores, como de unos mercados financieros sin control, es cada día que pasa más sólida. El chorro del oro negro irriga lo mismo a los productores, con las fabulosas rentas que les he detallado al principio, que a quienes trafican con él en los sofisticados mercados financieros de nuestros días. Y paga la población, que parece un mercado cautivo en nuestras sociedades "de libre mercado". 

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