Parece que la crisis de
la deuda tenga a toda la actividad comunitaria prendida con alfileres y es
posible que la apariencia responda incluso a una realidad objetiva, pero los
ríos subterráneos siguen fluyendo y si todo esto no se va al carajo, que no lo creo,
terminarán por salir a la superficie.
Es el caso, por ejemplo,
de las discusiones en curso sobre las próximas Perspectivas Financieras
2014-2020. Hace ya algún tiempo les contaba (vean el "post"
"Bronca en ciernes por el dinero europeo" del 31 de julio, dedicado a
este tema) que los Estados miembros que se benefician de estas ayudas estaban
tomando posiciones en el debate y que España pretende crear una categoría
de "zonas intermedias", ni en
retraso ni en pleno desarrollo, a la que se adherirían aquellas con rentas de
entre el 75 y el 90 por ciento de la media comunitaria.
Todo ello, naturalmente,
al objeto de no ver muy mermados los ingresos del país por cohesión
intracomunitaria durante el nuevo periodo de programación plurianual de gasto.
Otros tienen ideas
diferentes. La Comisión, por ejemplo, pretende forzar una concentración del
gasto comunitario en tres objetivos específicos, con el propósito, dice, de
obtener resultados más aparentes en el desenclavamiento de las "regiones
en desarrollo", según la denominación oficial.
La idea -que no es nueva-
ha despertado considerables recelos durante una reciente reunión informal de
ministros de Desarrollo regional, que ha tenido lugar esta semana en Pozdam,
bajo presidencia polaca de la UE. La Comisión quiere que los ejes principales
de las inversiones por Cohesión sean la I+D+I (investigación, desarrollo e
innovación), el refuerzo de la competitividad de las pymes; y el apoyo a la
transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono. Los Estados potencialmente
beneficiarios de las ayudas, en cambio, discuten el planteamiento y manifiestan
que si la agenda de "Europa 2020" consagra 11 objetivos estratégicos,
constreñir la cohesión a sólo 3 de estos parece una sinrazón.
Las conclusiones de esta
reunión, que les adjunto, reflejan el objetivo de la concentración del gasto
pero también, de un modo velado, el malestar que la idea genera entre los
beneficiarios, para los que la libertad de acción parece primordial.
Esta actitud no debe
extrañar: el interés por concentrar el gasto comunitario, a fin de magnificar
sus resultados en una banda estrecha de actuaciones, han estado en el ánimo
comunitario desde la formulación del primer "Paquete Delors", en
1988. Contrariamente a los deseos de la Comisión, los Estados miembros dejaron
en una relativa indefinición la elegibilidad de objetivos financiables por los
fondos estructurales, a fin de atender a las demandas de flexibilidad en las
asignaciones de gasto formuladas por los Estados miembros. Luego, en las discusiones de Edimbrugo que
alumbrarían el segundo "paquete Delors", España siguió defendiendo la
elegibilidad del conjunto del territorio nacional para el gasto de las ayudas
estucturales. De hecho, en 1989 entraron bajo la condición de regiones
asistidas (por el entones "Objetivo 2" para las zonas en declive
industrial) territorios como Madrid, Barcelona, Gerona o Tarragona, de las que
no eran acreedoras pero a las que pudieron asimilarse gracias a que el objetivo
porcentual de paro en ellas registrado no fue cifrado en los reglamentos
correspondientes.
Se trata, por lo tanto,
de una vieja pugna en la que España va a tener un papel de importancia relativa
esta vez, porque el grueso de las ayudas va a ir a parar a los adheridos en la
última tanda.
El 6 de diciembre, los
ministros continuarán discutiendo este asunto en Bruselas, ya en Consejo
formal.
Les dejo dos gráficos que
tienen un cierto valor: el primero refleja las ayudas recibidas por España por
cohesión intracomunitaria desde 1989 (año de entrada en vigor del
"Delors-1") hasta 2009, de acuerdo con cifras proporcionadas por la
Comisión europea. El segundo ha sido elaborado a partir de datos propios, y
refleja el reparto regional de esas ayudas.
Las conclusiones del
Consejo informal de Desarrollo de Pozdam están aquí:
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