Real Time Web Analytics Bruselas10: ¿Pero qué negocia esta gente?

jueves, 10 de noviembre de 2011

¿Pero qué negocia esta gente?


No sé ustedes pero yo estoy bastante sorprendido por los meandros por lo que las clases políticas de los países en crisis se ponen a navegar, cuando la presión internacional arrecia. Porque, si Grecia no tiene dinero para pagar los sueldos de sus funcionarios ni las pensiones de sus clases pasivas, ¿qué han negociado tan intensamente estos días atrás el Pasok (el partido del primer ministro saliente, Yorgos Papandreu) y la Nueva Democracia de Antonis Samaras? ¿Y por qué se empeña Silvio Berlusconi en aferrarse al poder? ¿Pero es que no percibe este personaje que la credibilidad de Italia, muy comprometida en los foros internacionales, se ve aún más dañada por un empecinamiento, el suyo, que es percibido comúnmente ya como una gesticulación gratuita y estéril?

Da la impresión de que, en Grecia, la clase política está al "sálvese quien pueda", mientras que en Italia, Silvio anda más bien por el "esperad a que me salve yo y después os apañáis como mejor os venga". Esa es la conclusión que cabe extraer sin grandes dificultades en el primero de los casos; si los conservadores de Nueva Democracia (los que falsearon la estadística de Grecia para entrar en el euro) no apoyaban los ajustes propuestos por Papandreu, después de haberlos negociado este con la Unión Europea y el FMI, (¿qué margen había ahí?), es porque querían gestionarlos ellos mismos. ¿Con qué fines? ¿Los del bien común que no han respetado hasta ahora, o los suyos propios?.

Lo de los partidos políticos griegos semeja, al menos a mí me lo parece, a lo que  sucedió en Portugal con el socialista Sócrates y la oposición conservadora de Pedro Passos Coehlo. En uno y otro caso, esa oposición ha conseguido auparse al poder, en el caso griego por la puerta de atrás, mediante un denominado "gobierno de concentración" nacional. Pero ¿cabe creer que quenes han contribuido tan activamente a la postración extrema en la que Grecia (y Portugal) se encuentran, vayan a trabajar acertadamente ahora para sacarlas de ese estado?

En Italia, el presidente del Consejo de Ministros (que así se denomina oficialmente el cargo) parece vivir completamente aislado de la realidad. Vamos a decirlo así. El hombre más rico de tan rico país, que viene exhibiendo estos últimos años en un escaparate público de farolillos rojos y luz negra una senectud indecorosa y lasciva, parece pensar que Europa, Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional son tan maleables como su Parlamento, al que ha arrancado una y otra vez, con triquiñuelas clientelistas, leyes y decretos que le han permitido escapar de los tribunales. Si con sus dilaciones (la última hasta las elecciones de febrero) espera que los tiempos se calmen para comprar su sucesión, se equivoca. Merkel y Sarkozy no le dan ya más crédito y las agencias de calificación y los mercados financieros tampoco. 

Y unos y otros, que quieren que les diga, tienen razón. Italia, con Belusconi ahora, antes con otros, lleva demasiado tiempo sin acometer reformas muy importantes para contener el derroche de gasto público y ya no despierta confianza. Lástima que la credibilidad de un individuo esté llevando al hoyo a la cuarta economía de la Eurozona, miembro de pleno derecho del G7. La canciller y el presidente francés sonrieron cuando les preguntaron, en la última cumbre europea, si creían en la determinación de Berlusconi por poner en orden las cuentas públicas del país. El FMI y la Comisión europea se van a ocupar de eso: el Financial Times citaba ayer un documento de los inspectores internacionales desplazados a Italia en el que se reclama una lista de propiedades del gobierno que puedan ser puestas en venta, a fin de aumentar en 5.000 millones la reducción anual de la deuda pública emitida por Roma (cerca de 2 billones de euros), porque consta ya que Italia no va a cumplir con sus objetivos de déficit en 2012 y 2013.

Lo más lamentable de esta historia es que la economía italiana no amenaza quiebra. Está diversificada y es grande, los déficits anuales son pequeños y cuenta con un sector bancario sólido.

Más que una crisis de la deuda, me parece que lo que verdaderamente ha entrado en barrena, en Europa, es una cierta manera de hacer política.

Les dejo el vídeo de aquella patochada de Berlusconi, en la cumbre del 60 aniversario de la OTAN, en el puente que une Estrasburgo y Kehl, cuando despreció a los anfitriones haciéndoles esperar mientras hablaba por teléfono. ¿Con quién? 




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